Cambios de ánimo, tristeza, apatía, decaimiento, mala calidad del sueño… son síntomas de esa influencia natural sobre nosotros. Estos síntomas se denominan astenia otoñal, y pueden aparecer por una mala adaptación del organismo a los cambios estacionales.
Claves para afrontar el otoño
El otoño se caracteriza por una disminución de la temperatura y de la cantidad de horas de la luz que percibe nuestro organismo, justo después de meses de calor y mucha luz solar. Una exigencia a la que nuestro organismo puede hacer frente:
• Con una alimentación variada, sana y equilibrada para evitar la deficiencia nutricional: rica en vitaminas y fibra y debe aportar proteínas (pescado, huevo, carne baja en grasas) para el buen funcionamiento del sistema nervioso y para estimular la producción de neurotransmisores que regulan las emociones.
• Respetar los patrones de sueño y dormir las horas necesarias. Intentar mantener un horario fijo para acostarnos y para levantarnos.
• Realizar actividad física de forma moderada. El ejercicio físico de forma regular y moderado relaja la mente por la secreción de endorfinas y mantiene el tono muscular.
• Aprovechar las horas de luz natural que activa una serie de neurotransmisores y estimula la segregación de hormonas responsables de las emociones y del control biológico en función del día y la noche.
• Eliminar sustancias excitantes para el sistema nervioso como la teína, cafeína y tóxicos como el alcohol y el tabaco.
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